23 noviembre, 2011

El laberinto de sombras (reseña).

Como viene siendo habitual en este lector, me voy metiendo en sagas sin haber leído los libros anteriores. Pero estoy convencido, como dije en su día, de que este es un ejercicio que prueba la fuerza y la consistencia de la saga que, sin ser necesariamente una continuación uno de los otros, vemos como planean por las distintas novelas los mismos personajes que van evolucionando junto a propio oficio del autor. Cierto es que cada libro debe leerse como una unidad independiente pero no es menos cierto que una saga correctamente construida invita a buscar los libros anteriores y posteriores.
Con la de Ulysses Moore (Montena, 2010) ocurre eso: la curiosidad te asalta para que busques el resto de las novelas. En “El laberinto de sombras” (Montena, 2010) Pierdomenico Baccalario (Piamonte, 1974) avanza en su saga poniéndonos delante a un gigante, a tres primos aventureros una chica y las puertas del tiempo ¿qué hacer, a donde ir? ¿De dónde vienen todas estas denominaciones, personajes e intrigas?
Me ha parecido que lo que ofrece Baccalario es un campo de aventuras donde poner a prueba la imaginación, donde permitirnos un momento de escape y de ocio inteligente. Tanto pequeños como adultos no se sentirán defraudados por “El laberinto de sombras”.
En esta entrega los protagonistas viven dos aventuras paralelas: por un lado Julia, Tommi y Rick tienen que defender Kilmore Cove de “Los incendiarios” mientras Anna y Jason cruzan “La puerta del Tiempo” junto a un extraño gigante para descender a un laberinto (muy Borges, no me digan que no). Allí hay un secreto, el de las puertas del tiempo, que se viene dosificando en las anteriores entregas.
Tenemos que destacar la belleza del libro como objeto. Las ilustraciones son muy buenas y ponen cara a los personajes que aparecen en la novela. Las ilustraciones están acompañadas de una breve ficha que nos dice la fecha y lugar de nacimiento, donde viven y algunas particularidades del personaje que ayudan en la lectura. Un lujo que motiva la imaginación y fija una imagen concreta de los protagonistas en la mente de los lectores.
Propone esta novela una inmersión en un mundo que inyecta cierta extrañeza, que va envolviéndonos en la trama y en su laberinto. A más de esto, la novela está muy bien escrita, tiene un nivel literario que contaminará de buenas costumbres literarias a los jóvenes que se acerquen a ella. Valores como la amistad y la lealtad están presentes para completar una muy recomendable lectura que no va a defraudarnos.
La última puerta la abre el último capítulo de la novela: el viejo traductor sostiene una conversación con una mujer (ya se enterarán de quién es) a la que tiene que darle una explicación sobre el paradero de su hija pero entra un personajes inesperado que pospone esa explicación dejando una puerta abierta… ¿Y ahora qué? Pues que nos tocará buscar el siguiente tomo, y los anteriores, para poder enterarnos bien de qué ha pasado y qué va a pasar en el universo de Ulyses Moore. Ya me ha picado la curiosidad y a vosotros también os picará.

11 noviembre, 2011

Aguirre, el magnífico (Reseña).

Lo fascinante de “Aguirre, el magnífico” (Alfaguara, 2011) es la capacidad de Manuel Vicent de convertir la vida de Jesús Aguirre en una excusa para echarse a andar por los caminos de la memoria y la literatura porque lejos de homenajes y celebraciones este libro tiene en su fondo la vida del decimoctavo duque de Alba como mera estación de tren para partir a un prodigioso viaje.
Uno de los trayectos es el de la memoria. Vicent recuerda, se ríe y hace reír,  tira de nosotros para hacernos testigos de su peripecia vital y en ese echarse por las calles del recuerdo nos hace parar en cada esquina par dejarnos piezas sabrosas de vida que deberán incluir sus biógrafos en el tocho que puede ser la biografía del escritor valenciano.
El otro trayecto de este viaje es la visión que de España se nota al fondo. La crónica de nuestro presente cercano deleita a los que les gusta recordar de súbito dónde estábamos cuando paso tal cosa. Léanse, entre tantas cosa en este libro, el relato del hallazgo del copón de oro lleno de hostias bajo la cama del hijo de Torrente Ballester: magistral. Claro, fueron a llamar, para solventar el asunto al “padre” Aguirre. Todo esto ocurría mientras por los aires hacían volar a Carrero Blanco: pura literatura.
Pero queda una tercera vía de viaje: la propia vida, pasión y muerte de Jesús Aguirre. Su ambición, su llegada a donde quería en la vida, el relato de su muerte en soledad con un llanto de sirena de ambulancia como única banda sonora y compañía. No es una biografía al uso, vaya por delante eso, pero el personaje se construye por la cercanía del autor a la persona del retratado y también, claro está, por los dimes y diretes que todo el mundo se sabe del duque. Aquí se consigna la consideración de “locura” que se le dio a la idea de matrimonio entre Aguirre y la duquesa de Alba, la secularización del ex sacerdote, su etapa como tal y su experiencia teológica, el día de la boda… una exaltación literaria que hace pasar por mentira una existencia que nos consta que se dio, que parece anular al ser humano para transformarlo en ser de ficción. Manuel Vicent hace que asistamos con una sonrisilla maliciosa y satisfecha a las escenas de una vida interesante como poco y que da para mucho más siempre y cuando, sea Vicent el que cuente la historia.
Un libro muy bueno, lleno de ironía y que retrata a Jesús Aguirre con colores grises claro, queriendo ser coloridos pero sin atreverse a serlo. Manuel Vicent cumple así, según dice él, la labor que delante del Rey de España le encomendó Aguirre: escribir su biografía. ¿Ficción o realidad? A mí me da lo mismo: al final terminas satisfecho por haber leído un relato que perfectamente podría ser una novela o que quizás lo es pero Manuel Vicent se ha empeñado en hacer pasar por crónica, retrato literario o amago de biografía.

06 noviembre, 2011

El último vampiro y SOS ¡El cazador contraataca (Reseña).

Los Beastly Boys son un grupo de tres chicos que han escrito esta serie de cinco libros en inglés y que para este 2011 tendremos completa. Se trata de una serie para niños de entre 8 y 12 años con apetito lector y con ganas de pasar un buen rato lleno de aventuras en un mundo de fantasía, misterio y personajes fantásticos que mezclan clásicos personajes de terror con otros seres imaginarios.
Lo que en el fondo preocupa a los padres es qué están leyendo sus hijos y la falta de tiempo para leer todo lo que cae en sus manos. Ciertamente hay que sacar tiempo para tan importante empresa pero les podemos asegurar que esta serie, estos dos títulos que tenemos entre manos, enseñan valores fundamentales como la amistad, la lealtad, el sentido del deber y el espíritu de auto superación.
En “El último vampiro” (Montena, 2010) Ulf es un niño  lobo que vive con esta particularidad, que no deja de darle problemas, pero aun así está dispuesto a pasar las pruebas para convertirse en agente del RSPB, un centro de rescate de criaturas poco comunes y que son cazadas por el malvado Barón Marackai para su disfrute. Con gran arrojo Ulf se lanza a la lucha contra el malvado Barón arriesgando incluso su propia vida. Hay un trasfondo ecologista aquí, en el hecho de que nuestro héroe debe buscar al último vampiro de la selva al que hay que cuidar para que no se extinga. La mezcla de personajes oscuros tradicionalmente, despojados de su aura terrorífica y complementado por valores, ofrecen una lectura amena, que derrota temores nocturnos e inaugura formas de pensar positivas.
En la otra novela “SOS ¡El cazador contraataca!” (Montena, 2010) Ulf se enfrenta a una misión mucho más compleja y ahora no está solo. El Baron Marackai está montando uno de los mayores  campos de cacería que se conoce: Predatón. Su propósito es recrearse con la cacería de Trols de Dientes de Sable. Otra vez la comunicación de valores se presenta en forma amena y adaptada para los lectores más jóvenes.
Los libros de la serie, son varios, apuntan a los valores más altos del hombre, todos envueltos en unos personajes  diferentes y que a muchos padres nos pilla a desmano pero que no son tan distintos a los de las sagas de aventuras que en tebeos o dibujos animados veíamos en su época.
 Por otro lado, los niños leerán buena literatura, son libros bien trabajados, con tramas ajustadas a la edad de los chicos con lo cual se aseguran futuros lectores y una inclinación a la lectura de grandes sagas cuando sean mayores.
El merito de los autores, Los Beastly Boys, radica en convertir ellos mismos sus sueños en realidad y comunicarlo por medio de sus libros. Deberían probar escribir en el futuro una novela con otros contendidos o si la tienen traducirla para medirles mejor como buenos escritores. Para cualquier ocasión resultará un regalo muy acertado. Como saga, les recomendamos que busquen los primeros libros y vuelvan a estos. No se arrepentirán.


02 noviembre, 2011

Tan cerca de la vida. (Reseña).

Tokio, en una fecha indeterminada en el presente o en el futuro. Un hombre aterriza en la capital nipona para vivir una experiencia que trastornará su vida y sus sentidos y que promete cautivarnos y subyugarnos hasta llegar al final de esta novela intrigante. Santiago Roncagliolo (Lima, 1975), fiel a su estilo y  su búsqueda estética, nos ofrece en “Tan cerca de la vida” (Alfaguara, 2010) una aventura de los sentido donde nada es lo que parece y nadie quien dice ser. Un juego de apariencias, de sensaciones controladas, de asomos a uno mismo para preguntarnos qué hacemos aquí y que será de nosotros mañana.
¿Podrá la Tecnología, cruzada con la Biología, terminar creando seres “humanos” que nos sustituyan en el trabajo o en la vida doméstica? La Corporación Géminis promete trabaja por ello y Max, uno de sus mejores empleados está a punto de descubrir algo que va a cambiar por completo su vida.
Convocado en Tokio para una convención de la Corporación Géminis para la cual trabaja su llegada al inmenso hotel que acoge la cita presagia que las cosas no serán sencillas. El señor Kreutz, personaje de interpretaciones diversas y que encierra una pulsión perversa en su fondo, y dueño de la Corporación asciende de puesto a Max, empujándolo a una situación comprometida que levanta las sospechas y el encono del resto de los empleados. Solo cuenta en su aventura nipona con la compañía de Mai, una empleada del hotel con la cual se comunica de modo extraño y que se convierte poco a poco en la mínima luz que le sostiene.
Más trae consigo una herida, una mancha que flota como chapapote en su alma. Una duda también le persigue con respecto a su mujer, nada parece claro, la realidad se desdibuja en Max, produciendo en el lector una zozobra constante que forma parte también de la fuerza que motiva a seguir leyendo.
La novela tira del lector con la fuerza de las reflexiones sobre quiénes somos y en qué nos podemos convertir, con la destreza de un consciente diseñador de situaciones que pulsan los resortes de la búsqueda de respuestas ante lo planteado. Roncagliolo va abriendo el ángulo de enfoque para que el plano quede claro pero en cada apertura la trama se complica, desafía al lector a seguir para ver como se resuelven tantas preguntas fundamentales juntas, sobre todo la consabida ¿a dónde vamos?
Una de las virtudes de la escritura de Santiago Roncagliolo es su capacidad de construir atmósferas creíbles que posibiliten la fluidez de los personajes. Creo que el autor consigue que sus escenarios no se acartonen, que sean capaces de no distraer al lector dándole motivos para no creerse donde se desarrolla la acción.
La tensión psicológica que puebla la novela sumada a su apuesta por una ciencia ficción “moderada”, convierten a “Tan cerca de la vida” en una novela que permite muchas lecturas, que suscita debate a la vez de regalar goce estético. El autor ha conseguido una novela inteligente, que no va a dejar indiferente al lector y que da para conversar un rato largo sobre tecnología y vida, sobre el presente y el futuro inmediato que nos acecha más cerca de lo que pensamos.