23 junio, 2010

Por los senderos con... Leoncio Robles.

Leoncio Robles ha antendido a nuestras preguntas entorno a su libro de cuentos Contraluces que la editorial Baile del Sol le ha publicado en 2009. Aquí nos habla de su oficio de escritor y de su obra.


1. ¿Cómo te fueron llegando estos cuentos o saliste tú a su encuentro?

Bueno, fueron llegando en momentos y épocas diferentes. Por lo general, los temas surgen de hechos que ocurrieron en la realidad y de los que uno fue testigo, pero también surgen de visiones imaginadas, a veces de una simple frase o un verso. Con cierta habilidad y técnica esos embriones terminan convertidos en relatos, con un entorno creíble que imita la realidad para que el lector lo digiera sin cuestionarlo.

2. ¿Te parece que estos cuentos son antropológicos o una suerte de ensayo de geografía humana que nos retrata un Perú poco revelado en Europa?

La intencionalidad de la escritura en mi opinión no apunta a un fin en concreto preconcebido. Al escribir mi única obsesión es que el texto, digamos la forma, tenga fluidez, tratar de atrapar al lector desde el inicio de la manera más persuasiva posible y llevarlo hasta el final, aunque la historia narrada sea en el fondo poco grata. Creo que de los cuentos, los relatos, las novelas se pueden extraer contenidos antropológicos, independientemente del tema o el enfoque elegido por el autor. Es el lector quien otorga o interpreta significados que de manera racional el autor tal vez no se planteó al escribir el relato.

3. ¿Escribes en modo “foto”? Cuando te leo tengo la sensación de que tus escenas están perfectamente equilibradas y que comunican sensaciones muy visuales.

Esas sensaciones que apuntas provienen sin ninguna duda de tu apreciación visual, que es parte esencial de la cultura audiovisual característica de nuestros tiempos de quien lee y de quien describe. No hay intención deliberada. Abundan autores tremendamente visuales cuyas obras son anteriores a la invención de la fotografía y el cine. Me vienen a la mente los Cuentos de Canterbury, por ejemplo. Son tan visuales estos relatos medievales de Chaucer que Pasolini los llevó al cine. En nuestros tiempos cine y literatura intercambian influencias, y puede decirse que se nutren de las mismas fuentes. El modo “foto” que señalas es interesante por la observación, la apreciación que haces del texto narrativo. Puede ser que la fotografía como género te impone la depuración de elementos ajenos al encuadre, a centrarte solo en el tema que retratas. Y aunque son lenguajes distintos, tal vez esa disciplina siga funcionando a la hora de escribir.

4. La protagonista de Josefina ¿es un alter ego de los que escribimos? Veo en ella esa locura del que escribe y espera.

La mujer de ese relato es un personaje muy entrañable para mí. Produce poesía en cantidades ingentes impulsada por el irrefrenable placer de escribir, y es su novio quien trata de sacar alguna utilidad práctica a esa afición suya, de sacarla del anonimato. Si son buenas o malas sus composiciones es algo que a ella parece importarle poco, del mismo modo que ignora si existen otros poetas. Tiene bastante con sacar lo que bulle dentro de ella, y es irrelevante darse a conocer más allá de acceder a la petición de su admirador atormentado. Estoy seguro de que existe mucha gente que escribe por placer y no llega a publicar nunca su obra, al menos en forma de libro. Ahora gracias a la red es más asequible tener lectores, y que sean pocos o muchos da igual.

5. Castillo ¿es un retrato de macho latinoamericano que oculta su “sensibilidad”? Crees que muchos “machos” no te perdonarán esta revelación.

Sensibilidades como la de Castillo existen en todas las culturas, no creo que sea exclusivo del latinoamericano. Esa sensibilidad se manifiesta de diferentes modos y en grados distintos. La diferencia es que el personaje de este relato se expresa de manera desembozada, muy consciente de la visión que tiene del género femenino, una convicción devastadora que no oculta. No creo que haya razón para que los “machos” recalcitrantes tengan que perdonarme. Lo que sí puedo decir es que he recibido opiniones de mujeres de diferentes edades, a la mayoría le impacta la descarnada visión que este personaje tiene de ellas, al mismo tiempo que les hace sonreír el contraste entre lo que proclama y lo que le ocurre en la realidad.

6. En todos estos relatos me encuentro con la soledad de sus protagonistas ¿a qué se debe?

Es cierto, la soledad, la exclusión y la marginalidad están presentes en todos los relatos, aunque no haya sido una elección deliberada. En cualquier ciudad del mundo se convive con estas situaciones, lo ves por todas partes, han llegado a ser normales a nuestros ojos porque tal vez individualmente uno nada puede hacer. Además, son cosas que responden a estructuras sociales complejas y también pueden ser razones existenciales, algo de cada individuo, algo mucho más complejo, donde no rigen estructuras ni soluciones colectivas.


7. Consideras este libro un rescate de personajes silenciados y desconocidos de Perú, de América Latina.

Se trata de escribir honestamente de lo que uno conoce, de las cosas que te removieron la conciencia, o que te golpearon en la línea de flotación de la sensibilidad. Tú sabes que secularmente ha habido y sigue habiendo gente sin voz en toda Latinoamérica, silenciada o ignorada por la Historia digamos oficial. Gente que espera poco o nada del Estado. En estos relatos trato de mostrar esto, pero de manera indirecta, no se trata de denunciar sino de recrear literariamente ese vacío.

8. Varios de tus cuentos los narras en tercera persona ¿a qué se debe este recurso técnico?

La narración en tercera persona es la más extendida, seguida por la narración en primera persona. Yo he tratado de hacerlo en segunda persona en algunos relatos de este volumen porque me sonaba mejor, me resultaba incluso más cómodo y porque insinúa la ambigüedad de que la historia está siendo recordada por el propio personaje narrador, o que una entidad digamos superior, que podría ser su propia consciencia, le está dictando las acciones que lleva a cabo. En resumen, los temas lo imponían así.

9. ¿Qué le debe tu literatura a los viajes y a tu visión de fotógrafo y autor de documentales?

Antes de dedicarme a los documentales o a la fotografía había escrito ya algunos relatos, y me he dedicado por etapas a una u otra actividad. Por tratarse de lenguajes muy diferentes es necesario involucrarse a fondo y en exclusiva. Los viajes nutren la imaginación y amplían la visión del mundo, las gentes que encuentras te revelan que el ser humano en el fondo es igual en todas partes, con sus pasiones e inquietudes, con sus grandezas y sus mezquindades. Por eso hay que huir de actitudes maniqueas dividiendo el mundo entre malos y buenos puros.

10. En qué trabajas ahora.

Si uno trabaja con cierta regularidad y no a golpe de impulsos, a la larga y casi sin darte cuenta tienes un buen puñado de nuevos relatos. Tengo terminado un nuevo volumen con historias que transcurren en diferentes países, o en ninguno, no como en Contraluces, cuyos temas transcurren exclusivamente en Perú. Y como tú bien sabes, siempre hay proyectos sobre la mesa de un escritor. Hay que ir paso a paso, todo tiene su momento.

1 comentario:

isabel gutiérrez dijo...

Pedro, he leido Contraluces, de Leoncio Robles, y en cada uno de los relatos, como se apunta en la entrevista, uno se siente transportado y guiado en la historia como si de un film se tratase. Me han entretenido y emocionado, y al tiempo me han hecho reflexionar sobre las sombras y las luces de la condicion humana. Felicidades por esta entrevista.

Disculpas por los acentos que no contempla el teclado que estoy utilizando. Isabel Gutierrez