31 diciembre, 2010

Una década caleidoscópica


Diez años de cuento dan para mucho. Yo quiero despedir el año de los diez años de Páginas de Espuma hablando de un libro que con mucho cariño recibí de manos de Juan Casamayor: Caleidoscopio. Es una celebración en imágenes y textos de todos los cómplices de la vida de una editorial imprescindible que pasará a la historia del siglo XXI literario como uno de los referentes en lo relativo al cuento hispanoamericano. Al cuento como género, que ya bullía por todas partes devorándolo todo, dejando de ser patrimonio exclusivo de los latinoamericanos y conquistaba escritores da acá de España, le faltaba un puerto, una casa, un sitio en el que materializarse, en el que hacerse tangible y, hete aquí, nace Páginas de Espuma y el verbo se hizo libro y habitó entre nosotros.
Recuerdo aun la expectación y la alegría de estar en El Círculo de Bellas artes asistiendo a la presentación de una antología del nuevo cuento español: Pequeñas Resistencias 1. Lo saco de la estantería donde comparte espacio con sus otros hermanos de género y editorial. Le soplo en el cogote con cariño y una nubecilla de polvo me recuerda que debo frecuentarlo más. Abro y en la primera página escribí en su día: “Regalo de Juan Casamayor, el día del bautizo de la obra: 25/10/02” me impresiona el recuerdo que había olvidado. Qué importante es escribir aunque sólo sean fechas.
Y desde ese día hasta hoy cuantas cosas buenas han ocurrido, cuantas otras no tan buenas pero todas ellas jalonadas por los libros de Páginas de Espuma: La antología de Clara ObligadoPor favor sea breve” que regalé en Panamá durante un programa de televisión, la multitudinaria presentación de “Amenábar, vocación de intriga” o la entrañable y graciosísima presentación de “El pez volador” la brillante antología de Javier Sáez de Ibarra que me descubrió la persona primero y luego al escritor tan grande que es Hipólito G. Navarro. Y al final, luego de tantas cosas, me llega vía “El Placer de la Lectura”, “Pequeñas resistencias 5” y vía “La Biblioteca Imaginaria” “Lo inolvidable” de Eduardo Berti.
Una década da para mucho, ya lo he dicho, y con los libros pasa que se van convirtiendo en jirones de amor o de dolor (que diría Ricardo Miró, poeta panameño), en trozos de memoria e hitos históricos que delimitan los territorios del recuerdo. Me voy dando cuenta que en esta casa en la que vivo, rodeado de mis chicas y libros, muchos tienen el sello de Páginas de Espuma y sitúan mi biografía en lugares concretos, en momentos fundamentales de la existencia. El más grande, el día que pasamos con la pequeña Aitana por la editorial. Juan nos obsequio a Marga y a mí con “El jardín japonés” de Antonio Ortuño y con la “Antología hispánica del cuento Beatle” además de “La máquina de languidecer”, de Ángel Olgoso, tres textos de los que hablaremos en 2011.
Pero para mí, hay una dimensión que me gustaría resaltar de este acontecimiento que se llama Páginas de Espuma: la humana. Hay que decir, y no lo digo sólo yo, son muchos los que lo hacen, que básicamente, sin alharacas ni peloteos, que Juan y Encarni son gente maravillosa, buena. Todos lo confiesan y hay que repetirlo. Pero junto a ellos, como se ve en las fotos de Caleidoscopio, la gente que allí se retrata, es gente como ellos. Unas líneas para aquellos con los que me he cruzado lo sepan ellos o no.
A José María Merino mi vergüenza no me permitió “entrarle” durante la Feria del libro de Madrid. Juan me dijo dónde estaba firmando y me fui para allá pero nunca me acerqué. Cosas del directo. En una glorieta de estas, seguro que coincidimos y espero no ser de nuevo un fugitivo
A Clara Obligado le ofrecí mi mano caballerosa para bajar del escenario del Salón de Columnas de El Círculo de Bellas Artes en el último festival Eñe. Una de esas personas inteligentes trabajadoras y de la que tengo más libros de lo que creía. Con ella y con lo que hace no se puede ser breve, aunque te lo pidan por favor.
A Fernando Iwasaki me lo presentó un día Jorge Eduardo Benavides y alguna vez hemos coincidido. Te ríes con sus textos y me aseguran que también con él en directo. Su “Ajuar funerario” casi me mata de risa y de buena literatura.
A Andrés Neuman le conocí hace años y quise que fuera a Panamá para la Feria del Libro de 2003. Me fui a Granada para invitarle. No pudo ser, pero su talento literario y “El viajero del siglo” le llevaron hasta allí. En el último minuto, su “Alumbramiento” me vino que ni pintado para regalárselo a Marga cuando Aitana aun la habitaba.

A Poli lo conocí en “Tres rosas amarillas”, como no, y por “El Pez volador”. Un ser de cercanías, lleno de humor y de alegría, que desde el primer momento me metió en su bolsillo. Al buen entendedor no le hacen falta dieciocho cuentos por muy breves e ipsofácticos que sean.
A Juan Carlos Méndez Guédez lo conocí de la mano de Jorge Eduardo Benavides también y nos vemos por allí y por allá. Un tipo con una literatura hermosa, con una apostura que invita a la conversación tranquila y a no despedirse tan pronto de míster Salinger.
A Ana María Shua la conocí cuando estuvo por acá presentando su libro de microficciones completas que pesa lo suyo. Una mujer entrañable y lúcida en su literatura. Cazadora de letras con quien da ganas de no clausurar la temporada de fantasmas nunca.
A Eduardo Berti le conocí en el bar María Pandora de Madrid por un asunto de cuentos. Volví a coincidir con él cuando fuimos con Aitana a la editorial y hace unos días atrás pudimos reconocernos y le entrevisté. Un gran conversador, un escritor preciso y brillante que convierte lo inolvidable en materia literaria de primer orden.
Y al final, Juan y Encarni. Recordando cómo les conocí me encontré con el dato. Resulta que traía yo el manuscrito de “Luminoso tiempo gris” de Enrique Jaramillo Levi desde Panamá y días después del 11S. Sería una entrega en mano para agilizar las cosas. Hice escala en República Dominicana y, como no podía ser de otra manera, lo perdí en medio del caos. Mi primera comparecencia en la editorial fue para disculparme con él por el extravío y desde ese día hasta hoy. Nos hemos vito en presentaciones, en las ferias o en la editorial. En cada encuentro me han ofrecido su mejor sonrisa, su cercanía y la alegría no exenta de sus luchas, la alegría de personas que están viviendo el sueño que persiguieron. Han conseguido que todos volvamos a la playa de la Literatura para ver al mar abrirse y cerrase como un libro de páginas de espuma.
El ciclo que abrió Pequeñas Resistencias y que cierra diez años después, abre, en una paradoja de esas que le gustaban a Cabrera Infante, una puerta para que esperemos grandes cosas del cuento y de Páginas de Espuma que, seguro, estará allí, como el dinosaurio, dentro de diez años más.

Feliz 2011


Para los que pasen por estos Senderos, les dejo mis deseos de un año 2011 cargado de bendiciones y éxitos. Deseo que podáis lograr vuestras metas y que yo pueda leerlas o verlas o escucharlas. Mañana estrenamos década y a ver qué pasa. Aunque pintan bastos, aunque las cosas se ven muy negras, aunque las cosas se pongan, como se dice en Panamá, color de hormiga, vamos a conservar cierto margen para la alegría y la esperanza. Feliz 2011.

29 diciembre, 2010

Historia del pelo (Reseña)

Los protagonistas anónimos suelen ser más inquietantes que los que no lo son porque esa falta de identidad les hace parecerse mucho más a nosotros de lo que quisiéramos. Consiguen dibujar un espacio donde casi siempre podemos encajar perfectamente nosotros. Eso pasa con el personaje principal de esta novela de Alan Pauls (Buenos Aires, 1959) y que publica Anagrama.
En “Historia del pelo” (Anagrama, 2010), asistimos a todas las variantes de lo que significa el modo de llevar el pelo, es decir, vemos el correlato ideológico que se esconde en el modo en el que nos expresamos por medio de nuestros gustos a la hora de llevar el pelo.
El ejercicio de inventariar las sensaciones al ir a la peluquería (barbería en otros países latinoamericanos) es una muestra de precisión, de oficio y de fina observación de la realidad. Pauls no pone en la silla del peluquero y nos descubre un universo irónico que siempre ha estado allí a la hora de enfrentarnos al corte de pelo pero al que nunca le hemos prestado mucha atención.
Pónganse, mientras siguen las vidas de Monti, Celso, el Veterano y nuestro anónimo protagonista, a pensar en cómo llevaban el pelo en los noventa, en los ochenta o en la pasada década. Piensen en los momentos ante el espejo de una peluquería, con el rumor de conversaciones alrededor, con el contenido vértigo por ver el resultado final.

Pauls una vez más, en una distancia corta, consigue arrastrarnos por un camino de sensaciones, ideas, historia reciente de su país y del nuestro y nos hace conectar con el protagonista que no deja de hacernos gracia y darnos a veces pena. Gracioso es el momento en el que se corta el pelo y no le reconoce su perro. Absurdo y hasta dramático pueden parecer los encuentros esporádicos entre el protagonista y Monti, su viejo amigo de la infancia y que en su intermitencia de encuentros siempre consigue estremecer la existencia de nuestro protagonista.
Es esta también una novela enmarañada como el pelo del protagonista. Contada sin de un tirón, sin capítulos que nos den tregua, “Historia del pelo” es un recuerdo desde la infancia y adolescencia del protagonista hasta su situación actual que termina de manera sorprendente. La forma narrativa evoca un largo cabello que llegado a la página 193, hay que cortar. La peluca de la guerrillera, reliquia terrible, es uno de esos macabros misterios que se han de resolver en la novela. Punto de partida de una de las páginas más oscuras de la historia Argentina.
Recuerdos, vivencias, ideologías caducas y superadas, esta historia del pelo es la historia que todos podemos trazar, es una búsqueda de respuesta la gran pregunta de quienes somos, en que nos hemos convertido y quiénes quisimos ser, porque el protagonista no se reconoce muchas veces: da la sensación de estar decepcionado con quien es y, en cada recuerdo, con en quién se ha convertido.
Una novela que te lleva, que tiene un ritmo propio y que nos permite avanzar solo cuando ella quiere. Un prodigio del que sólo un autor como Alan Pauls podría hacer gala. Porque mientras nos cortan el pelo, o hablamos o nos quedamos solos con nosotros mismos y a veces eso es peligroso porque la memoria es un arma que carga el diablo.

28 diciembre, 2010

El niño malo cuenta hasta cien y se retirra (Reseña)

El universo del escritor venezolano Juan Carlos Chirinos (Valera, Venezuela, 1967) era uno de esos terrenos que quería descubrir. La oportunidad me llegó de la mano de “El niño malo cuenta hasta cien y se retira” (Ediciones Escalera, 2010), una de esas novelas que lees y que te sigue persiguiendo durante semanas, una obra que muestra el talento de un buen conocedor del oficio de escribir.
D. Jota es el protagonista de este viaje de la ciudad a las nieves del norte escapando de la urbe, de su Caracas natal y conocido, ciudad que es nueva siempre, que nunca es la misma. D. Jota se encuentra por accidente con Fanny una chica que vive con su abuela en la montañas, una suerte de Heidi sabrosa y caribeña y que en vez de abuelo tiene abuela que “tup, tup, tup”, baila constantemente para arriba y para abajo en aquella casa donde también vive Don Camilo, un perro con su propia historia y que sería Niebla si esto fuera Heidi.
La historia se desarrolla con tranquilidad, uno la va desgranando página tras página con la pregunta de a dónde quiere llegar D. Jota. Al final, en una serie de escenas que revelan el verdadero espíritu de D. Jota, nos sumimos en un desasosegante paseo por lo más vil del ser humano. Pero no nos adelantemos, esta es una novela que se tiene que disfrutar porque cada párrafo, cada escena, es un deleite para los sentidos, una lección renovada del buen hacer literario de Chirinos.

El ritmo es fundamental en esta novela. No en vano es un homenaje a los poetas venezolanos, un intento conseguido de hacer que el texto nos “suene”, que podamos llevarle el ritmo. Desde su título hasta la nota que el autor inserta al final, dejan constancia de su contacto feliz y provechoso con la poesía.
Ahora están las imágenes. Juan Carlos Chirinos les va a sorprender dándonos a “ver” su texto. Como ejemplo de esta capacidad de crear imágenes, les animo a llegar al capítulo XX que es para mí uno de los momentos literarios más hermosos de la novela en la cual Eugenio, otro de los personajes de esta fantástica novela, se dirige a Derdriu (así se llama la abuela de Fanny) pintando sus sentimientos. Una maravilla que tienen que descubrir.
Pero de todos los personajes, el que me llama la atención de modo especial es el de Svevo, un contador de historias del bar El pueblo y que siente algo por la abuela. Svevo encarna la necesidad de contar historias, convirtiéndose así en una metáfora de lo que es ser escritor. Su encuentro con Eugenio, su aprendizaje de la manera de contar, los problemas que le trae su oficio, son descritos de manera precisa y preciosa por este gran escritor venezolano.
Esta divertida e inquietante novela, que promete arrancarle más de una carcajada al lector y que también le confrontará con lo peor del ser humano, es para mí uno de los descubrimientos del año. No en vano, esta novela fue finalista del Premio Rómulo Gallegos en 2005 y no en vano, con muy buen olfato literario, Ediciones Escalera nos la pone en las manos. Una oportunidad que no deben perderse los amantes de la literatura de altos vuelos, de la literatura que viene para quedarse como la que practica Juan Carlos Chirinos y que nos dará muchas alegrías más, por lo menos hasta cien.

27 diciembre, 2010

Campanilla y el gran rescate (Reseñas).


No hay experiencia más gratificante para un padre que sentarse con su hija a ver una película. Y si esa película va de hadas preocupadísimas por resolver el verano, no dejarse ver por los humanos y de salvar a una compañera atrapada, la verdad es que es toda una experiencia.
“Campanilla y el gran rescate”, la última aventura del hada más famosa de la factoría Disney, es muy entretenida y enseña a los padres que la imaginación es necesaria y que existen tantas cosas mágicas en la vida que haremos bien en estar atentos. Pero las películas se acaban y vienen los recuerdos transformados en comentarios cuando acostamos a la niñas: “a mí me gustó que la niña volara”, dice Lucía y yo le digo que lo divertido para mí fue ver como el padre se preguntaba sorprendido cómo era posible que el techo estuviera lleno de huellas y le advertí que no se le ocurriera volar en su habitación. Ella dijo que no lo haría: la imaginación al poder.
Pero no hace falta recordar solamente. Beascoa, Randon House Mondadori publica un lote de tres libros que permite que las niñas revivan la película de una manera distinta cada vez a parte de motivar su desarrollo intelectual.
El primero se trata de una adaptación de la película a un libro de cuentos profusamente ilustrado (“Campanilla y el gran rescate. Libro de la película”.), que reproduce las escenas más importantes de la película. Sirve para que los padres leamos antes de dormir el cuento de las hadas y para que las niñas vuelvan a retar nuestra memoria. A ver quién se acuerda del nombre de todas las hadas y sus amigos.
El segundo libro es “Campanilla y el gran rescate. Cuaderno de actividades”, un librito que permite recordar la película pintando, dibujando y resolviendo un montón de preguntas uniendo puntos, rodeando objetos y muchas cosas más. Pasatiempos para resolver con las niñas y pasar un buen rato. Para estas fechas en las que dejan de ir al colegio viene muy bien para que no pierdan el ritmo y la actividad intelectual junto a Campanilla y sus amigas.
El tercero es muy divertido y el más vistoso: “Campanilla y las hadas de Nunca Jamás. Libro de imanes”. Un libro que viene con las protagonistas de la película y sus mascotas con imanes que se pegan al libro. Un interesante experimento de creación de atmósferas donde las niñas van recreando la película o sus propios cuentos sobre distintos escenarios.
Unos excelentes regalos para esta Navidad que dan rienda suelta a la imaginación, afianzan los conocimientos del colegio durante las vacaciones y motivan la creatividad. Todo ello de la mano de unos personajes luminosos y divertidos que harán que las niñas se diviertan y que los padres nos pongamos las pilas en materia de hadas. El saber no ocupa lugar.

El compositor de tormentas (Reseña)

¿Te imaginas buscar la partitura de la “Melodía del alma”, la primera música interpretada por el ser humano? Si ya has pensado eso piensa ahora que esa partitura oculta en sus notas una vieja receta alquímica que permite conocer los secretos mejor guardados del Universo. Seguro que te perseguirán porque no serás el único que quiera la melodía y su escondido poder.
Estos elementos y la hermosura de Madagascar y la Versalles de Luis XIV son los escenarios que constituyen esta novela de aventuras que es también una novela con música que es a la vez una novela romántica que es a la vez una novela de intriga que es a la vez una novela de una búsqueda, la de Michel Steiner y del recuerdo de Rachel, la mujer de su vida que murió dejándole solo. Pero eso ocurre en el 2010 o sea el año que viene, es decir, que la nueva novela de Andrés Pascual (Logroño, 1969) es además de todo lo que hemos dicho una novela futurista. En resumen, la novela total, literatura hecha con el corazón.
Pero la historia que se narra y que va a cerrar el círculo abierto en la vida de Michael Steiner, compositor, violinista y director de orquesta, es la de Matthieu que a pesar las difíciles circunstancias de su nacimiento tiene un don que le convierte un genio de la música pero eso no le evita tener las motivaciones incorrectas para con ella. Quería a toda costa formar parte de la orquesta del Rey Sol. Un asesinato inesperado pone al joven Matthieu en el camino de buscar la tan codiciada partitura lo que le sumerge en un vértigo de aventura no exenta de emoción y de amor.


El compositor de tormentas” (Plaza y Janés, 2009) nos va a llevar detrás de un misterio alquímico que cuenta en un momento estelar con la participación del mismísimo Isaac Newton amante de estos menesteres y gran alquimista. Luego disfrutarán de la belleza de un Madagascar virgen, reducto del primer paraíso que nos ofrecerá los momentos más plásticos y entrañables de esta novela. Combinado con la magia de Versalles y por una correcta documentación del autor la novela les da algunos la sensación de ser histórica pero no es así: ocurre en aquella época, solo eso.
Es una novela que no huye de los sentimientos, que no rechaza el sentir y que nos arrastra hasta el fondo del corazón en cada capítulo. La aventura está servida y la intriga está garantizada mientras leamos con atención “El compositor de tormentas”. Léanla y no la dejen hasta el final, verán como todo encaja, como todo al final se resuelve de un modo cautivador y profundo. Porque el final de la novela no es el final, son dos finales, son espejos, son dos caras de una misma trama y Andrés Pascual ha puesto todo su talento de narrador y conocedor de la música al servicio de un final que sorprenderá a todos.
Busquen el mito de la “Melodía del alma”, descúbranlo en las páginas de esta magnífica novela. Hurguen en sus corazones y sientan, amen, lloren y rían y sean felices mientras la novela les lleva poco a poco a su clímax. Una gran novela que más que leerse se escucha, que más que imaginarse se vive.

21 diciembre, 2010

Dime quién soy (Reseña)

Anoten este nombre: Amelia Garayoa, un personaje que debe pasar a la historia de nuestras letras recientes como uno de los más elaborados y queridos que se nos haya presentado en los últimos años. Un personaje que es a su vez reconstruido por Guillermo Albi, un periodista fracasado y joven que trabaja reseñando libros en un periódico digital y que recibe el extraño encargo de manos de su propia tía.
Julia Navarro (Madrid, 1953) nos ofrece su novela total, su novela más personal y ambiciosa no solo por sus dimensiones titánicas (1097 páginas), sino por la densidad de los personajes que jalonan una trama vital que es un homenaje a la memoria y a la vida.
“Dime quién soy”, es una búsqueda, la de la vida de Amelia, pero a la vez es una muestra sin tapujos de la maldad humana, una presentación sin concesiones del terrible siglo XX, recorrido por un sanguinario sonido de bombas y un olor a sangre, sudor, y lágrimas.
La autora madrileña no se achica ante el reto, no sucumbe a una mera historia de amor o de una mujer de armas tomar para elevarla a los altares, nada más lejos de la realidad, Amelia Garayoa en una perfecta anti heroína, una perfecta amante y traidora, una excelente espía y asesina, una interesante y a la vez escurridiza mujer que amó y fue amada por cuatro hombres que conforman su geografía ética y sentimental. El trabajo de Julia Navarro al elaborar estas historias es un acierto técnico y documental.





Esta novela tampoco huye de la responsabilidad al abordar los totalitarismos del siglo XX. La autora madrileña deja que su espíritu de periodista fluya convirtiendo a Guillermo Albi en una suerte, a ratos, de alter ego, que va buscando, no tanto los “por qué” esos totalitarismos sino más bien sus consecuencias, sus atroces maldades demostrando que esta maldad humana tiene sus consecuencia y que fueron capaces de volverse en contra de los mismos que un día participaron en ellos. Amelia arrastró siempre las consecuencias de haber entrado en el juego totalitario.
Y en medio de estos totalitarismos, la guerra civil y sobre todo la postguerra y dictadura franquista quedan sostenidas y dibujadas con sus sobras evidentes y sus perdedores de fondo. Y aquí Amalia vuelve a ser contradictoria y vuelve a verse la sombra de los totalitarismos que destruyen y ensombrecen la grandeza de cualquier país.
Tampoco esta novela rehúye de las emociones, del drama, de algunas chispas de humor. Julia navarro nos hace vibrar, nos hace tener nuestros preferidos. Lo que Amelia vive con Pierre Comte es hermoso, idílico e inocente pero termina de la peor manera posible. Pero más allá de estos amores está el final, que en un breve epílogo, la escritora resuelve con solvencia. “Dime quién soy” no es sólo un título, es la petición de alguien que necesita que se le acerquen los recuerdos, que necesita que le arrimen la memoria. Julia Navarro ha conseguido con esta novela total mostrarnos, desde una perspectiva del que mira hacia atrás, lo convulso y terrible que fue el siglo XX y nos deja un mensaje a todos en todas partes: ojalá que no vuelva a ocurrir por muy interesante que parezca recodarlo.
Esta novela va a quedarse, va a seguir dando de qué hablar y sería una excelente lectura para los jóvenes que comienzan a asomarse a la Historia, una historia reciente y terrible que haremos bien en no repetir.

13 diciembre, 2010

Destinos intermedios (Reseña)

Que todas las vidas de todas las personas y en todas partes y en todas las épocas están de un modo u otro relacionadas es una vieja teoría que nos seduce y que nos es imposible comprobar a gran escala pero hay destinos intermedios, momentos de la vida en que nuestras existencias se cruzan con las de otros convirtiendo la realidad en un trepidante escenario novelesco.
Esto es lo que demuestra Octavio Escobar Giraldo (Manizales, Colombia, 1962) en su excelente novela “Destinos intermedios” (Periférica, 2010) y que la editorial Periférica nos sirve en un formato que nos tiene muy bien acostumbrados. La misma editorial publico del colombiano “Saide” (2007) en la que, según leemos, algunos de los personajes de “Destinos intermedios” también participan.
De estructura fragmentaria y sumarial, la trama va creciendo con escenas sueltas que van subiendo de intensidad revelando al lector las pistas que van conformando un sólido mosaico en forma de bomba que estalla en un final templado, directo y sorprendente.
Todo comienza con un tipo que acaricia su 38, apura su café y se dispone a ir a la “entrevista”. Unas chicas emprenden un viaje inocente y se encuentran en medio de una acción violenta que nada tiene que ver con ellas. De allí pasamos por viejas glorias de la canción colombiana, médicos viudos, matones y bandas organizadas, todos ellos forman parte de este relato de la vida y de la muerte que es “Destinos intermedios”, una novela negra de un costumbrismo finísimo, irónica hasta el descaro y rotunda en sus contenidos.

Mención aparte merece el personaje del cuenta chistes profesional, Salvador Espejo, que está metido en un reto absurdo y heroico a un tiempo. Busquen lean y ríanse un rato de los chistes recalentados de este profesional del humor que está batiendo un record. Una pieza necesaria en la narración, descúbranlo.
Los personajes de Octavio Escobar Giraldo están excelentemente dotados de vida. Rezuman intensidad, personalidad y sobre todo mucha pasión por vivir o morir. Decimos esto porque la novela es breve, apenas 194 páginas, pero consigue con buen oficio hacer existir a estos personajes que reflejan una de las realidades en las que Colombia se ve inmersa.
La tensión se palpa en cada página de la novela. Escobar Giraldo dosifica, construye pequeñas y densas atmósferas en las que lleva a sus personajes y a sus lectores hasta el límite para dejarnos allí con la intriga y pasar a otra sub-trama que va llevando hacia adelante la historia. Estamos ante un escritor de raza que el gran público debe conocer cuanto antes y seguir su trayectoria para no quedarse fuera del gran proyecto que está llevando a cabo con estos personajes que seguro serán en el futuro un referente dentro del género.
No se pierdan el alegato final de Jimena Sombras en una entrevista. Su amor por uno de los mafiosos de la historia llevará a esta mujer a casi defender lo indefendible. Les sorprenderá lo fácil y fluido del discurso, les asustará como alguien puede racionalizar la maldad.
Esta novela junto con “Saide” y las que vienen nos hacen esperar con ganas la siguiente entrega. La prosa envolvente y calurosa de Escobar Giraldo nos llevará a unos paisajes y a unas vidas que se cruzan retratando a cualquiera que se asome por estos “Destinos intermedios”.

11 diciembre, 2010

Mitología de Nueva York. Presentación en Madrid

Ya sé que esto de la “actualidad” es un tema que angustia a los periodistas y en general a cualquier profesional de los medios. A mí no, lo que es bueno perdura y dar cuenta de ello en cualquier momento es oportuno.
El pasado 1 de diciembre se presentó en Madrid por todo lo alto (estábamos en la Sala Valle -Inclán del Círculo de Bellas Artes, quinta planta) ante un público entregado que abarrotaba la sala, la última novela de Vanesa Montfort, perimo de Novela Ateneo de Sevilla, Mitología de Nueva York, una historia de intriga ambientada en la Gran Manzana y que da cuenta de la vida de un extraño protagonista Dan Rogers que se enfrenta a una serie de asesinatos cometidos por los Hijos del Azar.
Presentada por Javier Reverte y en medio de una fiesta en la que se presentó un trepidante tráiler, hizo acto de presencia el mismísimo Dan Rogers, con una chulería de personaje rebelde capaz de llevar por la calle de la amargura al escritor más pintado.



Vanesa Montfort que también ha ganado el Ateneo Joven de Sevilla con su primera novela “El ingrediente secreto” ha venido para quedarse en el mundo de la literatura, toda una declaración de intenciones que estamos seguros que cumplirá con solvencia pero no se piensen que esta es la reseña de su novela: estoy atrapado en ella, en su juego.
Dramaturga y miembro del equipo de profesores del Centro de Formación de Novelistas, agradeció a sus amigos y asesores el apoyo por todas las buenas cosas. Entre otros escritores estaban presentes: Jorge Eduardo Benavides, Doménico Chiappe, Juan Carlos Chirinos, Ernesto Pérez Zúñiga e Ignacio del Valle. Una larga filia de lectores tuvo atrapada a la escritora, siempre amable y con un sonrisa radiante en uno de sus días más felices.
A la alegría de Vanessa nos unimos, claro está. Compartimos mesa de taller literario muchos meses y estoy seguro de que esta novela dará mucho que hablar. Pronto publicaremos la reseña, pero les adelanto una cosa: no podrán dejar de leerla pero tampoco querrán acabarla, es adictiva y amenaza con convertir a los lectores en parte de una ficción trepidante. O probablemente ya lo sean.

10 diciembre, 2010

Cuatro hermanas (Reseña)

Cuatro hermanas” (Libros del Asteroide, 2009) es un libro de esos que te animan a seguir leyendo, que te reconcilian con la ternura bien manejada en una novela, te enseñan a que se puede emocionar sin caer en la mojigatería. Es uno de esos libros por los que vale la pena arriesgarse a leer un texto de un autor desconocido. Jetta Carleton (Estados Unidos, 1913-1999) publicó en vida sólo esta novela. Es lo único que tenía que contar. Así nace “Cuatro hermanas” que la editorial Libros del Asteroide publica con traducción de María Teresa Gispert. La emoción, la tensión familiar y la búsqueda de la identidad están garantizadas.
Cada verano las hermanas de la familia Soames vuelven a la casa paterna para pasar unas semanas. Ese regreso al pasado, a lo que se dejó atrás, hace que los recuerdos fluyan. Jetta Carleton va retratando a su familia, el carácter de sus hermanas, las ilusiones de su madre y sus frustraciones, los desastres familiares y los secretos peor guardados que existen en todas las familias, constituyen la trama de “Cuatro hermanas”.
El paisaje donde se desarrolla la obra y sus gentes son tratadas con el acierto literario que lo salva de la caricaturización banal de los pueblos profundos de los Estados Unidos.
Los personajes son muy sólidos y humanos. Retratada la familia en los primeros compases de la obra los que siguen son retratos de los miembros de ella. Les vemos “ser”, actuar, llenar los espacios de vida y de emoción. Son, sobre todo el personaje del padre, un prodigioso acierto del oficio literario Jetta Carleton.





Lo que maravilla de esta obra es el manejo de la emoción, del tiempo narrativo. Aunque las situaciones podrían parecer previsibles, la autora consigue engancharnos con una historia familiar sencilla hasta el final. Porque aunque se vean venir las cosas siempre estamos desenado que nos siga contando, deseamos quedarnos sentados a la mesa escuchando la vieja historia familiar mientras fuera nieva y el calor del hogar nos hace sentir seguros, nos hace sentir parte de algo.
Al final lo que los vincula hasta desear volver cada verano es el amor, es todo aquello que vivieron y sufrieron juntos. Las emociones que se viven en esta novela están sólidamente tejidas para llevarnos hasta el asombro de descubrir que ya sea en Misuri o en Madrid, todas las familias tienen sus luces y sus sombras y que en muchos casos, aun hoy, el amor y los recuerdos siguen cohesionando la unidad básica de la sociedad.
En estos días en que las familias van cambiando y en los que parece que tener una es algo raro, “Cuatro hermanas” (que se publicó en 1962 por primera vez) nos vuelve a conectar con las viejas emociones que sólo se encuentran en las relaciones familiares.

07 diciembre, 2010

Abrieron las ventanas (Reseña)

La novela de hoy pasa por un interesante momento de transformación. Los autores se esfuerzan por no encasillar sus trabajos en un sólo género, van desdibujando fronteras para convertir sus obras en una propuesta estética mucho más global y enriquecedora. Porque la vida no es siempre comedia o thriller o de género negro: es siempre un abanico de circunstancias distintas y dispares.
Así ocurre con la novela de Raúl Hernández Garrido, “Abrieron las ventanas”, que combina la novela gótica, el thriller psicológico y el género negro. Obra que obtuvo en 2009 el II Premio Irreverentes de Novela y que narra la extraña circunstancia de un terrorista juzgado por atentar contra unos trenes.
Santos Valbuena ha matado a mucha gente y eso no parece importarle. Y decimos parece porque su conciencia poco a poco no opina lo mismo una serie de extraños sucesos van a llevarle a un lugar en el cual nada es lo que parece y todo forma parte de un juego superior.
La virtud de la novela de Raúl Hernández Garrido es la de mantener en un constante suspenso al lector que se ve poco a poco obligado a seguir la cadena de sucesos desconcertantes que forman esta muy recomendable novela. Le advierto a los lectores que es el sentimiento d extrañeza lo que les va a enganchar al principio y luego la mansión, mejor dicho, la novela, os subyugará y no os dejará tranquilos.
Las dos hermanas, Eloísa y Clara, juegan un papel fundamental en esta obra, son parte del juego de seducción, parte de la condena y de vorágine de locura en la que se ve encerrado Valbuena. Estados dos mujeres misteriosas con sus propios odios y deseos cada una con sus propios objetivos. No deben dejarse confundir por la bondad ni por la maldad en esta novela: nada es lo que parece.
La Mansión, así con mayúscula, es la gran protagonista de la novela. Es un ente pensante y aterrador, un ser que esconde en su seno un enigma que resolver, mejor dicho, un misterio que desvelar. Hernández Garrido construye una gran metáfora con esta mansión siendo este un lugar que salva a Valbuena pero que también le pasa factura por lo hecho en su pasado. No es necesariamente un artilugio justiciero, es más bien una suerte de conciencia materializada en un lugar que además se transforma cada día. Cada día la Mansión cambia de forma convirtiéndose en un ser vivo que busca influir en los otros.

Tenemos que destacar la estructura de la novela. Los capítulos se presentan en ráfagas más bien cortas, dosificando la intriga y apoyándola en unos personajes bien trabados que en muchas ocasiones juegan al despiste con el lector. La asfixiante y angustiosa atmósfera de la Mansión mantiene al lector una pugna por salir huyendo o mantenerse atento al borde de la novela para saber cómo termina todo. Atmósferas oscuras y muy bien dibujadas para que el misterio fluya y nos quedemos atrapados.
Una novela muy recomendable novela que no va a defraudar a los lectores exigentes y que representa un excelente cambio de registro de un autor que ha sido fundamentalmente dramaturgo y que se nota en esta novela. Un acierto literario que abre puertas y ventanas a una obra que se promete muy interesante.

07 noviembre, 2010

Cuestion de fe (Reseña)

No sé qué opinarán los lectores habituales de Donna Leon (New Jersey, 1942) pero esta novela parece ser una de las más interesantes y particulares de la saga del inspector Brunetti sin ser necesariamente la mejor. En el fondo de esta novela está un tema de esos que nadie quiere abordar seriamente: los adivinos y sus aledaños. Como ocurre en la novela, la cosa no se pone de actualidad hasta que nos toca de cerca.
En “Cuestión de fe” (Seix Barral, 2010) a Brunetti le llega el caso por medio del inspector Vianello que tiene una tía aficionada a sus años a los adivinos. A punto de emprender sus vacaciones Brunetti desea que los malos hagan un pacto con él y se porten bien en su ausencia estival para que no le estropeen su descanso. Pero ya saben cómo es esto.
Brunetti desmonta con sentido común esta trama de chapuceros lectores del futuro. En un momento de la novela uno de los tarotistas reconoce revestir sus “consejos” con una pátina de misticismo y más allá para que la cosa se cargue de razón. La sociedad de hoy, tan racional, no deja de consultar los horóscopos en los periódicos de todo cuño y color político. Así es el ser humano.
Pero detrás de este mundo de adivinos, surge una trama muy interesante: el asesinato de un ujier del tribunal de Justicia implicado en una red de corrupción. Teniendo estas dos vertientes del caso, Donna Leon nos sirve una muy buena dosis de intriga y acción, muy en su línea y con el objetivo conseguido de llenar de divertimento culto unas tarde de nuestra vida.

Sin ser esta una de las mejores novelas de la serie del inspector Brunetti es sin duda fundamental para la comprensión del desarrollo del personaje del inspector. Aquí le vemos con ganas de vacaciones, preocupado por su familia pero conservando su buen olfato para la resolución de los extraños hechos que salpican a la justicia de Venecia.
También es interesante que se emparenten el tema de la adivinación y la política. Parece una metáfora del engaño globalizado que tenemos que padecer todos. Adivino o político, lo cierto es que si tienes fe serás la siguiente víctima, serás carne de frustración y terminarás sufriendo las consecuencias de creer en unos y otros.
Los lectores se encontrarán con un dato muy interesante e íntimo en la vida del asesinado que no adelantaremos aquí y que está de actualidad. Una revelación que hará ver con ojos distintos la vida privada de varios de los implicados.
Para los que sientan nostalgia del verano mediterráneo y se quieran embarcar en una interesante historia, “Cuestión de fe” es su novela. No se dejen agobiar por el calor ni por la parsimonia de la acción que comunica lo veraniego de la atmósfera: sigan el caso y vayan hasta el final, no se arrepentirán y desearán que pronto venga la siguiente entrega para que Donna Leon nos deje fascinado con su capacidad de crear intrigas inteligentes.

06 noviembre, 2010

La primera Ley: libro III. El último argumento de los reyes (Reseña)

Con la lectura de este libro me he expuesto a un interesante experimento como lector. La primera Ley: libro III. El último argumento de los reyes (Alianza, 2009), es como se deduce del título, el tercero y último de una saga de fantasía que Alianza Editorial viene publicando desde hace unos años. Primero La Voz de las Espadas, 2006 y después Antes de que los cuelguen, 2008. Puede una saga engancharte si empiezas por la última entrega.
La visión que se tiene de los personajes es distinta, todo te intriga, preguntas y cuestionas las cosas y a cada página, en cada capítulo y escena te haces la constante pregunta: ¿de dónde ha salido esto? ¿Cómo hemos llegado hasta aquí? Los especialistas en el género fantástico y consumidores habituales de este género literario se lo tienen que haber pasado muy bien con las entregas anteriores.
Mi visión, leyendo el final de la historia es que situados en el momento de la tercera novela todo está impregnado de una lógica que uno desea descubrir. Puede parecer una perogrullada pero he leído sagas desde el principio que te llevan a un final absurdo y resultón. Esta novela tiene un cierre bien trabado, consistente y consecuente con un pasado que se me invita a descubrir. Creo que cuando me enfrente a los otros dos tomos no me llevaré un chasco.
La historia tiene tintes medievales, con personajes brutales, sangrientos y muy irónicos, irónicos hasta rozar lo cáustico. Me llama poderosamente la atención el personaje de Glokta, un tipo que no siempre fue como lo vemos en esta novela, lisiado y lleno de rencor ¿qué le pasó? ¿Por qué no lo ha superado? Las tramas y sub-tramas que Joe Abercrombie (Lancaster, Inglaterra, 1974) va desenvolviendo nos hace buscar correlatos en la vida moderna, en las situaciones que estamos viviendo.
Un libro rico en descripciones, denso en sus atmósferas, creativo en lo que se refiere a la creación de personajes muy rotundos y que se nota que traen una carga de otros libros, de otros tiempos. Valoro en él la fina arquitectura que ha tenido que ponerse en pie para llegar hasta este tercero. El libro ofrece preguntas que bien podrían quedarse sin respuesta (la novela da la sensación de no depender de las otras) pero, sabiendo que las hay, sabiendo que antes que este hay tres libros más, tienes ganas de saber, de que te respondan.
Un texto muy recomendable, llevado por capítulos cortos que consiguen mantener muy bien la tensión La primera Ley: libro III. El último argumento de los reyes, ofrece horas encerrado en un universo muy personal, obsesivo y oscuro, que tiene dosis de venganza, amor y, en muchos momentos, de burla o guiño a la realidad cotidiana. Un ajuste de cuentas con los días que nos ha tocado vivir y que traen a la menta la trillada frase aquella de que el desconocimiento de la historia nos condena a repetirla.
Una trilogía latamente recomendable (desde la perspectiva de quien sólo ha leído el tercer tomo) y que podremos revisitar en el futuro con otras lecturas. Esta me parece puede ser una de esas series de libros que se pueden convertir en libros de culto para los amantes del género fantástico.

03 noviembre, 2010

Metamorfosis de la lectura (Reseña)

Que puedan ustedes leer esta reseña tiene tras de sí una historia evolutiva y cultural que vale la pena conocer. Y es que la magia de la lectura, su ensoñación de siglos y su apasionada práctica por millones de mortales tiene su comienzo en la historia, su punto de arranque que en este instante nos convoca ante este texto por el que pasan sus ojos. Desde que comenzamos a escribir hasta el día de hoy las cosas han cambiado mucho, leer y escribir no es lo mismo hoy que hace tres siglos y es menos igual que hace seis.
Román Gubern (Barcelona, 1934), referente de la semiótica española y un profundo conocedor de los lenguajes sociales (da la sensación al escribir y al describir que se lo ha leído y visto todo y encima lo cuenta de maravilla) nos regala en esta pequeña obra una historia portátil de la lectura que no tiene desperdicio.
Metamorfosis de la lectura (Anagrama, 2010) se remonta a la edad en la que el hombre comenzó su aventura con una escena de cine, cómo no, que no es otra que “2001: una odisea del espacio”. Y comienzan las preguntas, las reflexiones, la historia del hombre intentando erguirse y comenzar su andadura por este mundo y por el camino de la comunicación. “El alba”, que sí se llama el primer capítulo, nos da las pinceladas mayores de lo que fue el paso del hombre por sus etapas evolutivas hasta llegar a la comunicación articulada que Platón se empeñaba en decir que se inventó para ocultar lo que pensamos y mentir. De allí, de la oralidad a la escritura, a la aparición estelar en la historia humana del libro, su apogeo y termina con una honda reflexión sobre el futuro del libro en papel en relación con las nuevas tecnologías.


Narra Gubern sin abrumar y sin aburrir, transmite sus conocimientos con la cadencia de las buenas conferencias (este texto es una versión expandida de unas ponencias dictadas en México). Suenan a buena conversación, a profundo conocimiento si envanecimientos innecesarios y sin dejar de lado un excelente nivel académico.
Nos avisa del futuro, de su perspectiva de él en relación con la lectura. Cabe destacar el excelente último capítulo de este apasionante libro en el que Gubern nos da las claves de lo que será el futuro del libro pero les invito a leer los “pros” del libro de papel que, en palabras del autor, “aprendimos a amar desde nuestra infancia”. Pros que seguro nacen de una vida llena de sensaciones que nos vienen a través de nuestra relación física con los libros.
Lo que es cierto es lo que no ha cambiado en materia de lectura y de escritura: la pasión y el odio que despiertan a un tiempo. Sigue siendo patente lo que de la lectura se deriva, ese conocimiento que debe cambiarnos pero también es evidente el recelo que despierta, el miedo que mete en el cuerpo a los regímenes totalitarios y las democracias basadas en populismos absurdos. La lectura como camino de aprendizaje y la escritura como arma contra la sinrazón y la intolerancia no dejarán de constituir dos de los más grandes ejercicios de libertad y responsabilidad que pueda realizar un ser humano.
La transformación que la lectura ha sufrido hasta hoy abre la puerta a lo que mañana podrá ser el mundo libro. ¿Triunfará el e-book? ¿Seguirá el papel siendo el más valorado de los libros por los lectores? Lo que nadie nos quitará de encima es esta maldita (o bendita) manía de leer, ese vicio solitario que nos hace tanto bien y que es capaz de transformarnos hasta coinvertirnos en mejores personas que es de lo que se trata.

02 noviembre, 2010

La vida en una caja de cerillas (Reseña)

Ediciones Siruela, que siempre ha hecho un trabajo impecable al introducir escritores extranjeros de lengua no española, escritores solventes que terminan por convertirse en necesarios para tener una dimensión correcta de lo que se escribe en otros ámbitos, nos trae esta vez a uno de los grandes exponentes de las letras albanesas: Fatos Kongoli (Elbasan, Albania Central, 1944).
No estoy de acuerdo con eso que se dicen los críticos de que se trata del sucesor de Ismail Kadaré: se llevan pocos años, son contemporáneos y diría yo que son complementarios. Por fin tenemos una visión, digámoslo así, más individual, de la realidad albanesa sometida a un terrible régimen comunista. Kadaré es más político, más del conjunto, mientras que Kongoli apunta constantemente al personaje solitario, al ser humano solo ante su circunstancia con un concierto de terribles expectativas políticas y sociales como fondo macabro mientras el régimen estaba instaurado.
La vida en una caja de cerillas (Siruela, 2010), alude desde el título a la visión que di arriba. Se trata de la historia de un hombre al cual el dolor por la ruptura con su pareja le deja sumido en las sombras. En el apartamento en el que ahora vive, aparece una chica gitana a la que quiere llevar a la cama a la fuerza y, por esas cosas de la vida, la chica termina muerta. Decide esconder el cadáver en su piso hasta que se le ocurra un plan. A partir de ese instante la historia de este hombre comienza a desarrollarse ante nuestros ojos.
Kongoli utiliza dos registros para narrarnos la vida de Bledi Terziu, periodista de sucesos: un narrador omnisciente que perfila escenarios, emociones y hechos y la narración por medio de unas notas del propio Terziu que nos acercan al hombre y su soledad y desatino vital. De estas dos fuentes mana con pausada decisión la vita turbulenta de este hombre obsesivo, bebedor y solitario.

Resulta admirable notar como la historia va construyendo cuadros precisos de la reciente historia albanesa sin forzar ni la historia ni la política. En el fondo de la lectura observamos cómo se va estructurando el edificio social de la historia. Cuando terminamos de leer tenemos una idea precisa de cómo fueron las cosas entonces.
Vamos a destacar el capítulo 9, el capitulo donde Kongoli introduce un término fascinante. Los minidramas. Así cuenta y considera Terziu los pasajes familiares de su vida, una sucesión de ellos que en su pequeñez y simpleza esconden la fuerza necesaria para cambiar vidas y que, como el propio protagonista reconoce y quiere hacernos sentir también, le producen una “auténtica satisfacción estética”.
Definitivamente esta novela, que se lee a buen ritmo y posee la parsimonia de los días que describe con su grisura, (vertida al castellano por el traductor del mismo Kadaré, Ramón Sánchez Lizarralde), es un descubrimiento para el lector y va a situar a Fatos Kongoli al lado de su ilustre paisano en el universo de las letras.

01 noviembre, 2010

No se lo digas a Alfred (Reseña)


Quien crea que la vida en una embajada, codeándose con lo más granado del país donde se encuentra la embajada es aburrido, se equivoca. Y se esa embajada está en París y tú eres la esposa del embajador inglés, para de contar: estás metido en una de las novelas sobre los “altos fondos” parisinos en los que quedan mejor retratados, estas inmerso en “No se lo digas a Alfred” (Libros del Asteroide, 2009) de la escritora inglesa Nancy Mitford (Londres 1904- París 1973) gran conocedora del tema dada su condición de noble inglesa y de gran conocedora de muchos de los aristócratas franceses.
La novela arranca de una manera maravillosa, casi de película en blanco y negro: “El día que iba a cambiar mi vida, fui a Londres en el tren de las 9:35”. A partir de allí el vértigo irónico e hilarante que se apodera de la novel nos arrastra de a primera a la última página con un cansancio literario de esos que te dejan relajado y listo para una siguiente novela.
Fanny demuestra aquí que tiene sus ambiciones, que siempre había deseado poder dejar “una concha a la orilla de la eternidad” y el nombramiento de Alfred, profesor de teología pastoral, no podía llegar sino para realizar sus sueños. La cosa se complica nada más llegar a parís desde Londres y ver que los periódicos provocan un escándalo en torno a ellos. Con finísima ironía y con una sólida construcción de sus personajes (algunos vienen de otras novelas) Nancy Mitford nos va llevando por cada una de las habitaciones de esta embajada inglesa en parís que es un hervidero de situaciones tan reales que parecen mentira y otras tan hilarantes como sencillamente tristes.
Hay una deliciosa sección en la que se trata el tema de cómo son los americanos. Genial, ácida y muy divertida. Búsquenla y se reirán aunque sean americanos.
Esta es una novela especialmente de diálogos, es toda una institución de enseñanza en ese sentido. La capacidad de Milford para dotar de su propia voz a cada personaje sin que suene monótono con la cantidad de diálogos que hay en esta novela es un monumento el buen oficio literario. Diálogos directos, cargados de ironía y naturalidad, de fluidez y sobre todo, dinamizan la narración, no la detienen ni la cargan. Y aquí tenemos que alabar la excelente traducción de Milena Busquets que ha sabido reflejar con la máxima precisión el estilo de Nancy Mitford.
Una novela que hará las delicias de los seguidores de Mitford y para los que no la conozcan les va a llevar de cabeza al resto de la obra traducida hasta ahora de esta señora de las letras inglesas. Por cierto ¿quieren saber que no había que decirle a Alfred? Pues pasen u lean busquen y conozcan al bueno de Alfred que es muy a su pesar el gran protagonista de esta novela en tanto que marido da Fanny y padre de David y Baz los hijos díscolos y en mala etapa evolutiva que traen de cabeza a la buena de su madre. No dejen de buscar y leer esta novela: no querrán entrar en un conflicto diplomático.

26 octubre, 2010

Recitando a Petrarca (Reseña)

Ignacio Borgoñós (Cartagena, 1975), me ha sorprendido con esta novela densa. Densa porque el alma humana lo es, con sus sombras, con sus amores y desengaños. Densa por que la vida lo es, porque su contenido nos hace muchas veces vivir bajo una oscuridad que no deseamos.
Recitando a Petrarca” (Alfaqueque Ediciones, 2009). Es una excelente novela que narra la vida de Gabriel Siloé, un arquitecto de éxito que vive atormentado por su pasado, que le vemos caminar por las calles de Budapest con un libro bajo el brazo, de espaldas a su éxito y a la vida. Un hombre atormentado que necesita enfrentarse a unos hechos, a unos odios que lo persiguen hasta que por una llamada telefónica le llega la hora de enfrentar al ser que de una forma u otra es la encarnación de esos odios: Don Jaime Siloé, su padre.
Borgoñós pone de manifiesto en esta novela su capacidad de crear atmósferas creíbles. Describe ciudades y estancias, escenarios en los cuales los personajes se desenvuelven a la perfección. No limita a estos con detalles superfluos que restan vida a los protagonistas. Una excelente muestra de ello es la escena de la boda de Laura y Pablo y cómo el terrible desenlace, que es un punto de inflexión en la novela para los personajes, no se ve absorbido por descripciones innecesarias. La precisión formal es una de las características del escritor cartagenero.
Pero “Recitando a Petrarca”, que fue finalista del premio “Mario Vargas Llosa, 2009, admite muchas lecturas. Es una muestra de cómo el escritor ha de reflejar en su obra el mundo que le rodea. Sólo hay que seguir por ejemplo la vida de don Jaime y su enriquecimiento por medio del ladrillo y la especulación. Como siempre, la realidad supera la ficción, pero les recomiendo no se pierdan la arquitectura de los personajes de Ignacio Borgoñós.
Otra lectura que admite esta novela es la que nos enseña como el éxito y el reconocimiento no valen nada sino no se tiene lo más importante: el amor y escribimos amor en su extensión más amplia. Bianka, Zarah y Laura encarnan esos amores que el lector debe ir a descubrir en esta novela.


Toledo es otro de esos personajes. Por las páginas de esta novela se dan muchos paseos que un día tendremos que hacer para intentar encontrarnos por allí con los personajes de la novela. Toledo y su encanto, escondiendo en sus entrañas una historia de tintes universales y, como bien se ha dicho, parabólicos.
Este texto les va a enganchar. Le irá llevando por la rivera de un río que se va haciendo por momentos caudaloso y terrible y en otros, los menos, manso y transitable. De cualquier manera no abandonen la travesía: la vida y sus dentelladas de sombra se harán presentes y les darán que pensar. Bajo el brazo de Gabriel, como quien lleva cerca de sí sus obsesiones, está el Cancionero de Petrarca. Uno de sus textos cierra la novela en una escena que parece un final feliz. Descubran que pasó, busquen esta novela. Se quedarán asombrados como yo.

25 octubre, 2010

Sin dominio (Reseña)

Con tanto vampiro suelto he de confesar que esta novela Charlie Houston la tenía al final de mis lecturas. Me gustan más los vampiros clásicos y el abuso del personaje me había parecido una excusa tras la que se parapetan escritores con escasa creatividad y poco oficio. Pero sabía que la hora del vampiro llegaría.
En la página sesenta más o menos comienzo a arrepentirme: Charlie Huston (California, 1968) ha conseguido dignificar al vampiro. Desde Anne Rice (y antes que ella el mismísimo Richard Matheson) y sus sagas vampíricas la verdad es que muy pocos han conseguido algo tan redondo como Huston, que antes de dar el pelotazo literario era camarero. Razón de más para prestarle atención.
Joe Pitt es el protagonista de esta saga de cinco libros que esperamos que Alianza siga traduciendo y “Sin dominio” (Alianza, 2009) es la segunda entrega y en la cual vemos que algo raro está ocurriendo en Nueva York: están pasando una droga que perjudica a los vampiros y a Pitt se le encarga la misión de averiguar lo que está pasando. A Pitt, que no ha tenido muchos casos, esto le bien pero implica internarse en el territorio de los otros vampiros.
Es interesante notar el manejo que de la diplomacia hace gala Huston. Si queréis aprender cómo manejar conflictos entre gente tan dispar este es vuestro libro. Además es una brillante novela negra, al estilo clásico, con un personaje redondo, atormentado y de fondo hay, claro, una mujer cuya relación parece avocada al fracaso.
Por otro lado y aunque parezca muy trillado, esta es una novela que tiene su correlato clarísimo con la sociedad en la que vivimos. Las tensiones entre territorios, el oscuro origen de esa droga, la manera de resolver los conflictos son una buena medida de lo que nos pasa hoy.

Especial atención merece la transformación que sufre Nueva York. Huston consigue ensombrecer y transformar la geografía sentimental de la Gran Manzana. Y digo sentimental porque aquí nada de la ciudad que conocemos por películas o viajes tiene que ver con el escenario de la novela. Nos parece conocida, quizá algo de su encanto podemos evocar, pero el Nueva York de la canción de Sinatra deja de ser para dar paso a este tétrico y oscuro. A esa visión ayunan los mapas que hay al principio del libro.
El personaje de Joe Pitt se convertirá en un clásico de género a medida que la saga vaya creciendo, eso me parece. De aquí se sigue que es imprescindible que la saga se traduzca al español, no deberían dejarnos sin la satisfacción de ver como un personaje tan redondo evoluciona.
Dejaros morder por esta historia y conseguid el primer volumen de la saga, no les va a defraudar. Para los amantes de los vampiros y de la novela negra, esta historia de Charlie Huston os atrapará y os sacará hasta la última gota de sangre lectora. Si después os convertís en no muertos lectores pues qué bien. Hace falta más gente así.

23 octubre, 2010

Venganza en Sevilla (Reseña)

Los amantes del género de aventuras están de enhorabuena. Matilde Asensi recupera para sus lectores a Martín Ojo de Plata personaje que esconde la identidad de Catalina Solís y que protagonizó “Tierra firme”, otra novela de aventuras. Otros personajes de la citada novela también acompañan en esta nueva entrega a Martín, que se enfrenta a un encargo, qué duda cabe, mucho más grave y personal que ningún otro.
Estando en Isla Margarita, en pleno Caribe, Catalina recibe una doble noticia que la empujará a la venganza a la que alude el título de esta novela: su padre adoptivo ha sido detenido y la isla donde vive su madre, Santa Marta, ha sido asaltada por piratas. A partir de aquí la aventura está servida.
Con una prosa fluida y con la certeza de las buenas documentaciones “Venganza en Sevilla” (Planeta, 2010) nos presenta las costumbres de la época y consigue retratar con acierto y rigor la Sevilla del siglo XVII, escenario de la venganza a la que catalina se ve empujada por un juramento que hace a su padrastro moribundo.
Los Curvo, familia de la alta sociedad sevillana de la época y auto proclamados servidores de Dios y gente honrada, está detrás de encarcelamiento y posterior muerte del padrastro de Catalina. Esta se trasladará a Sevilla y gracias a su fortuna podrá codearse con ellos. Ese ir y venir de la sociedad sevillana queda muy bien retratado por la autora que revela en estos momentos su profusa documentación.
Para su empresa, cuenta con los servicios de sus incondicionales Juanillo y Rodrigo y la curandera Damiana además de una serie de personajes que van conformando el magma humano de esta entretenida novela, no exenta de la consabida acción, humor y seducción que es una de las armas preferidas de las mujeres.




Los Curvo, como todas las familias, esconden sus secretos y miserias que Catalina irá descubriendo poco a poco para ir tejiendo, con puntadas firmes, su venganza.
Como en “Tierra firme”, Catalina Solís, se transforma en Martín Ojo de Plata para repartir e imponer la justicia que necesita. Da la sensación que, en definitiva se necesita algo de hombre y algo de mujer para ser héroes, para enfrentar las aventuras que se nos ponen por delante. Esta muda de personaje es lo más rico de la saga y seguro que dará más de que hablar en la siguiente entrega.
Chirría un poco la carga constante contra los cristianos. Parece una crítica velada pero pensamos que hipócritas y desalmados los hay en todas partes y que es hora que los escritores dejen las fórmulas obvias y busque y arriesguen en la construcción de sus personajes.
Esta es una historia sin muchas más pretensiones que una lectura veraniega para los amantes del género de aventuras y que le viene muy bien a la época estival. Nadie se acerque a esta novela con la idea de leer una de las joyas de la temporada. Matilde Asensi consigue con esta novela entretener, una de las grandes metas de la literatura.

Vicente y el misterio del escritor informal (Reseña)

Esta es una historia juvenil, fresca, llana. Un novela de iniciación en toda regla con vocación literaria al fondo y llena de sentimientos positivos y tiernos sin perder sus dosis de truhanería, que es el hermano bueno de la maldad.
Sara Sánchez Buendía, la autora de esta historia intrigante y picaresca del siglo XXI, que fue finalista del Premio Gran Angular 2008, construye un relato realista que juega al despiste con el lector desde el título mismo de la novela. Vicente, ya lo sabrán, no es un hombre sino una chica de 16 años que cuenta su peculiar aventura junto a Fede, su mejor amigo y aspirante a escritor pero, como en cualquier aventura, la cosa se tuerce cuando se cruzan en el camino de Manuel Iturbide, escritor de libros juveniles admirado por Fede. Lo de “informal” del título deben buscarlo ustedes mismos.
Todo esto ocurre en un barrio de Barcelona que la propia Vicente describe como una suerte de mezcla de seres de otros planetas, un barrio peculiar, de los buenos, en donde la gente se conoce por su apodo, anda metida en trapicheos y hay un bareto donde todo el mundo para. Un escenario perfecto para que la aventura que van a descubrir se precipite por sus calles.
Dos son los grandes fuertes de esta novela: su sentido realista y su sentido del humor. Lo de sentido realista tiene que ver con su trato de la familia de la protagonista. Es una familia disfuncionalmente feliz, que asume la vida según le viene con la naturalidad que estos casos requiere. Se tienen los unos a los otros, el barrio les acoge, cada cual tiene sus cargas que comparte con el resto sin querer. Por otro lado, el humor picaresco va suavizando los momentos dramáticos, rescata al lector de la realidad con dosis de risas sin restar por ello seriedad a los grandes temas.
Luego están los personajes. Iturbide, ya os lo digo, no es Jordi Sierra i Fabra, aunque pensé en él (pero sin barba) para reírme más con esta literaria posibilidad. Fede es ingenuo y todo corazón y la posibilidad de ser escritor le seduce. Vicente, la protagonista (ya sabrán cómo se llama), es una chica que lucha con sus complejos de adolescente y que tiene sus sueños. Una de esas mujercitas de armas tomar que deja ver sus nociones de guerrera para el futuro. Sencilla, futbolera y muy natural.
Barcelona es otro personaje. El ir y venir por sus calles y barrios nos pasea por una ciudad mágica que recuerda que todo es posible, que es habitada por grandes aventuras y misterios. Los trapicheos del bar La Charanga o donde el Tuerto y toda esa cohorte de personajes de una truhanería deliciosa, hacen que viajemos a la Barcelona de “El triunfo”, la excelente novela de Francisco Casavella, que es la misma de Sara Sánchez Buendía pero con sus matices para la literatura juvenil.
Para los que quieran disfrutar de un rato agradable de lectura no duden en buscar “Vicente y el misterio de escritor informal”. Pero no importa que no sean tan jóvenes, no se acomplejen y déjense llevar: eso es lo de menos.

30 septiembre, 2010

Por los Senderos con... Leticia Sánchez Ruiz


1. Cómo nace esta novela que parece varias novelas.

Nace de lo que llamé “mi semana mágica”, un cúmulo de casualidades unidas por un hilo invisible. En esa semana me mandaron a hacer un reportaje sobre la Biblioteca de la Universidad, y sobre una librería de viejo; en esa misma semana un amigo me contó el extraño entierro que tuvo su abuela. Y, de repente, todos estos hechos aislados, me parecieron que tenían algo en común. Así nació “Los libros luciérnaga”, por extraño que parezca, justo por el final. Luego fui cargando estos cuatro andamios con mis obsesiones: el amor, la revolución, los libros, los pueblos, la noche, el jazz, los mundos caóticos, los personajes llenos de cosas…

2. La estructura de “madejas” que vas cruzando con persistencia de lluvia hasta conseguir una firme trenza a modo de peinado ¿cómo se te ocurre para esta novela?

Siempre me han gustado las historias dentro de las historias dentro de las historias. Por eso de alguna forma intenté que la novela fuera una especie de matrioska, una de esas muñecas rusas en las que las unas contienen a las otras. Me gusta decir que los capítulos son como cajitas de secretos, porque abres uno y descubres cosas, pero a la vez también te formulan nuevos enigmas y necesitas abrir otra caja para saber lo que guarda. Decidí que los capítulos fueran tan cortos porque suelo dividir mis lecturas por capítulos, y dejar uno a medias me da mucha rabia, como cuando te despiertan en medio de una siesta. Así me digo: un capítulo más y me echo a dormir, me acabo este capítulo y salgo de casa, cuando termine éste cierro el libro y miro por dónde está pasando el autobús. Y lo que me suele ocurrir es que me duermo a las tantas, llego tarde y me paso de parada. Por eso escribí así la novela: para evitar insomnios, retrasos y despistes.

3. ¿Qué hay de Pian y Lucía en ti? Esta me parece la historia más cercana a ti.

Pues, si te digo la verdad, bastante poco. El 95 por ciento de las cosas que les ocurren a mis personajes, a mí no me han sucedido jamás. Sí es cierto que hay algo mío en Lucía, la chica que quiere ser escritora: por ejemplo cómo y por qué empezamos a escribir; a las dos nos desbordaba la imaginación cuando éramos niñas. También comparto su odio por los domingos por la tarde, su visión de que el amor no es una guerra, y que lo que le atraiga sea la inteligencia de las personas, la inaccesible mente de ciertas personas. Pero más que como alter ego, a Lucía la veo como una hermana pequeña. Creo que hay más de mí en los personajes de Felipe, Ulises e incluso de Carmen del Río, la bibliotecaria.

4. Me encantan las abuelas y Antía es una de esas que me habría encantado entrevistar ¿de dónde te llegó como personaje?

A mí también me encantan las abuelas, y Antía es probablemente uno de mis personajes preferidos. Es una anciana que parece un general, que jamás se deja caer en una tentación o en una caricia, que enseña a obedecer sin posibilidad de réplica, y que rinde más culto a los muertos que amor profesa por los vivos. De moño blanco, vestida de luto, con mandil a cuadros, Antía llega la primera a las misas y cuenta los sitios vacíos de los bancos para saber quién falta. Ella simboliza de alguna forma toda la represión que ha habido en los pueblos, esos infiernos grandes, que se han dominado por las leyes tácitas del “qué dirán”. Sin embargo todo tiene un por qué, y esta anciana guarda bastantes secretos. Más que crearla, creo que la he conocido; que mientras escribía la novela pasaba las tardes con ella junto a la lumbre, oliendo su tufo a manteca rancia, a humo y a pis de gato, viendo cómo revolvía la madera con sus dedos huesudos.

5. Felipe es uno de esos tipos que se iban a comer el mundo y terminaron poniendo un bar. Siguiendo la ¿crees que las revoluciones han terminado y convertiremos nuestra sociedad en una ciudad bar?

Nunca lo había pensado así, pero es una buena metáfora. Felipe, de alguna forma, representa a esa generación que lo tiene todo, pero que quiere cambiar el planeta, o que al menos se conforman con cambiar su vida; que quieren comprometerse con una causa digna, o al menos tener la existencia que soñaron; con todo ese montón de gente que no quiere ser del montón y sueña con hacer un mundo mejor, cuando lo cierto es que hasta se duermen para ir a votar. Todas estas personas que hacen la “revolución del café con leche”, es decir, hablar entre ellos tomando cafés y copas, y sólo por este hecho ya pensar que fuera de ese bar las cosas han cambiado.

6. Para ser una primera novela es excelente pero, para los que desean escribir dinos ¿cuántas novelas has dejado en el cajón hasta llegar a esta?

La primera novela la empecé con 8 años, y se llamaba (aún me acuerdo), “Un verano en Luisiana”; creo que escribí unas tres páginas (por las dos caras). A partir de entonces he empezado novelas en casi todos los sitios: en la parte de atrás de las libretas cuando me aburría en las clases, en las servilletas de los bares, en las horas muertas en el trabajo… Siendo adolescente creí que al fin terminaría una; pero fui incapaz, me quedé en 50 páginas sin poder darle un final. Aún no tenía la constancia, la madurez y el valor para escribir una novela. ¿Cuántos proyectos se han quedado en el cajón, en el ordenador, en las libretas? No sabría decir un número, pero digamos que son legión.

7. ¿Cuándo supiste que lo tuyo eran las letras?

Desde que mi abuelo me enseñó a leer con tres años. Desde entonces y hasta ahora, los libros y yo hemos mantenido una larga historia de amor.

8. ¿Cuál es tu libro luciérnaga?

Los libros en sí son mis “libros luciérnaga”.

9. Se habla mucho de novelas femeninas y novelas masculinas ¿cómo consigues un equilibrio tan preciso en la construcción de tus personajes ya sean mujeres u hombres?

Yo no creo que haya novelas femeninas y novelas masculinas; creo hay novelas de género, y buenas y malas novelas. Me han preguntado muchas veces si creo que existe la literatura femenina, pero jamás he escuchado que a un escritor le preguntasen si existe la literatura masculina. Pero ése es un debate muy largo. De hecho, las dos veces que me han concedido un premio literario, el jurado pensaba en ambas ocasiones que yo era un hombre. En fin, volviendo a mis personajes, lo cierto es que crearlos es la parte que más tiempo me lleva. No sabría especificar exactamente cómo lo hago, simplemente me dedico a conocerlos. Veo qué ropa llevan, cómo huelen, dónde viven, a quién aman, cómo hablan, qué quieren, qué los mueve… y a partir de ahí trato que todas las cosas que hagan o digan tengan coherencia. A veces es bastante difícil porque resulta que los personajes son más inteligentes que yo, así que lo que parece una respuesta ocurrente y rápida, realmente me ha llevado días pensarla. Pero para conocer a los personajes se necesita tiempo, como se necesita tiempo para conocer a las personas.

10. ¿En qué trabaja ahora Leticia Sánchez Ruiz?

Acabé de escribir “Los libros luciérnaga” un día 13, y el 15 estaba empezando otra novela. Qué le voy a hacer, no tengo remedio.

11. Recomiéndanos dos libros.

¿Sólo dos? Qué aprieto… En fin, te diré “Rayuela” de Julio Cortázar y “1984” de George Orwell.

Los libros luciérnaga (Reseña)

Esta novela es un pequeño milagro, un maravilloso descubrimiento y su autora un nombre a tener en cuenta para el futuro. “Los libros luciérnaga” (Algaida, 2009 y IX Premio Internacional de Novela Emilio Alarcos Llorach) son muchas novelas en una, son muchas historias que se cruzan y por todas las esquinas hay libros, escritoras, lectores, librerías, cofres secretos, pasados desconocidos y presentes que penden de la siguiente página, del siguiente dato.
Apunten estos nombres: Antía y Felipe, Pian y Lucía, Melquiades y Ulises: son los protagonistas de estas vidas cruzadas, de este trajín entre recuerdos búsquedas y tristezas que se van agazapando tras cada página para hacernos perseguir estas vidas que son de libros, que tiene su conexión directa en ellos, rematados al final de la novela con un sentimiento y exquisitez dignos de los mejores poetas.
Leticia Sánchez Ruiz (Oviedo, 1980) consigue poner en marcha este maravilloso universo cargado de sensibilidad, de delicadeza literaria y de fuerza estructural y narrativa. Construida con capítulos cortos, la autora nos va conduciendo paso a paso por la búsqueda de los datos que van completando la vida y pasión de estos personajes. Cuando la lean llegaran a un punto en el que no sabrán qué personajes les cae mejor, qué historia es la que más les engancha. Leticia Sánchez Ruiz consigue en esta novela enamorar los sentidos, hacernos cómplices, jueces y sufrientes de estas vidas tan bien contadas, tan bien construidas.

Ahora bien, que nadie se deje engañar por la forma en que se nos cuenta la novela. Esta no es una historia fracmentaria. Cuando se lee eso se nota. En “Los libros luciérnaga” no se fragmenta, se dosifica, se bordea la historia, se va poco a poco trenzando una madeja. No se rompe el ritmo de una historia de manera arbitraria para llamarlo “tensión dramática”, nada de eso: Leticia Sánchez Ruiz va trayendo su historia con delicada contundencia, nos va seduciendo de manera inocente hasta hacernos dependientes de su prosa limpia y precisa.
Antía es mi personaje favorito. Misteriosa, fuerte, mujer de armas tomar, a lo largo de la narración la vamos conociendo y cada vez nos va gustando más. Un personaje total que hará las delicias de los lectores. Por otro lado, Pian es el más oscuro y atormentado. Tiene un fondo gris y triste y da la sensación de que más allá de su teoría de disfrutar de la belleza y el placer, algo de huida hay en su fondo, hay necesidad de no estar. Ulises y Melquiades, por su relación, conmueven y se ganan un espacio dentro de nuestra memoria literaria, son la cara o cruz del alma. Un viejo libro, muy valioso, les acerca otra vez con unas consecuencias que vale la pena descubrir.
Una novela que se va enroscando sobre sí misma, que nos va preguntando en cada capítulo más cosas y nos empuja hacia un final que sorprende, que coloca cada cosa en su sitio con la necesaria precisión de los artistas de las cosas hermosas.
Los que quieran invertir en buena literatura, los que quieran sorprenderse con una historia profunda y bien contada, los que deseen experimentar una nueva voz de las letras españolas, que lean “Los libros Luciérnaga”, quedarán fascinados y a la espera de la siguiente novela de su autora.

¡Huelga, General!


Sí señores, sí: a la voz de los Generales piqueteros, la Huelga del 29-S ha sido un “éxito”. Claro, cuando uno no consigue convencer con argumentos, lo que se sucede son los gritos, los insultos y si hace falta los golpes y extorciones (véase puntos de soldadura o silicona en las cerraduras, intimidaciones con palos de banderas y otras lindezas), vamos, que hemos retrocedido en el tiempo hasta las cavernas menos democráticas que conozcamos.
Es muy molesto, indignante y denigrante que nadie sea capaz en este país de garantizar de una manera firme el derecho a Huelga y el derecho a no hacer Huelga. Les concedo que los empresarios, los menos y canallas, se permiten coaccionar a sus empleados. Estoy en contra, habría que meterles mano, tendríamos que contar con una oficina en el Ministerio de Trabajo donde denunciar estos hechos. Aun así, bajo ideas claras y oportunas nos enfrentaríamos a estos “empresarios piqueteros”.
Pero que los sindicalistas, los que están cerca del trabajador, los que articulan las reivindicaciones que históricamente se han convertido en conquistas de derechos para todos, se pongan a las puertas de las empresas a intimidar y no a informar como es su labor a los trabajadores para que no ejerzan sus derechos, es de traca. No respetan el derecho al trabajo que también recoge, faltaría más, la Constitución.
La de ayer fue una Huelga impuesta, gruñona a falta de verdaderas razones para hacerla y, sobre todo, tardía. Si se hubiese convocado hace un año o dos hubiese hecho Historia pero no, había que hacerla después del verano, dejando aprobada por el Congreso la famosa Reforma Laboral. Una vergüenza.
Lo peor de todo esto es que si los políticos son una preocupación en este país por su mala cabeza y hacer (mire usted a derechas, izquierdas o al centro), resulta que los sindicalistas se suben al carro de la falta de coherencia dejando a esta sociedad a merced de los más ineptos. La credibilidad, la poca, vamos a conceder, que tenían los Sindicatos la han tirado a la basura convocando a destiempo una Huelga que no tuvo más efecto que la perdida generalizada de dinero y la constatación de que el miedo a que te rompan el negocio o te den un palo en la cabeza es lo que dejó a muchos en casa. El Generalísimo miedo convocó su Huelga y triunfó en muchos sectores.
¿Y ahora qué? A escenificar el reencuentro: “Perdóname, no puedo rectificar”, “No, perdóname tú a mi ¿te dolió la Huelga?”, “Un poco pero sigamos, el futuro espera…” y así, cerrando en negro como en las viejas películas, un cartelito dice “Continuará…” y mientras nosotros, en el impase, sufriremos las consecuencias. Porque la no rectificación del Gobierno y la dilación en la que seguirán los Sindicatos nos someterán a más paro, a más insatisfacción y a más frustración.
Cuando los Sindicatos consigan convencer a los trabajadores con argumentos, con ideas claras y a tiempo, cuando la coyuntura lo requiera y se atrevan a informar en sus piquetes y no a coaccionar, este país habrá crecido y será capaz de enfrentarse a cualquier cosa. Lo que sigue para ellos es ganarse la confianza de los trabajadores que creemos que han sido cómplices en estos años del Gobierno con su silencio. La paz social se puede comprar pero no debe venderse y los Sindicatos la han hecho. Cuando no saquen a sus piquetes para intimidar allí estaremos todos pero, mientras nos impongan las cosas por el miedo, no conseguirán nada más que un General fracaso como la del 29-S. Para la próxima, ya veremos que pasa.

27 septiembre, 2010

En España hay una amplia tradición de publicar libros de actualidad política que con el paso del tiempo se convierten en un trozo de memoria al que hacemos bien en volver pasados los años para revivir, con la precisión del que escribe mientras vive los sucesos, la historia reciente. José María Zavala (Madrid, 1962), no es nuevo en esto de escribir sobre actualidad política y menos sobre el Presidente del Gobierno de España. Hizo lo mismo con Felipe González en 1996 pero con 80 páginas menos que el libro que nos ocupa, lo cual no deja de ser elocuente. Lo cierto es que esta nueva entrega “Las mentiras de ZP” (Plaza y Janés, 2010), no tiene desperdicio tanto para los detractores del Presidente como para sus defensores más acérrimos.
Gobernar es, en definitiva, un complejo equilibrio entre lo prometido en campaña y la realidad del poder, de las limitaciones que el propio estado de derecho impone a lo que se ha prometido. Es en ese sentido en el que este libro quiere dejarnos unas cuantas contradicciones de Rodríguez Zapatero que no son pocas para nuestra común reflexión.
Zavala, periodista experimentado, divide su texto en cuatro apartados: “El patio de mi casa” (cosas de casa), “La azotea” (cosas internacionales), “La despensa” (cosas de economía) y “El salón” (cosas de familia). La verdad es que las cada una de estas secciones no tienen desperdicio y son un excelente ejercicio de memoria reciente para saber de qué va esto que llamamos el presente para que no nos sorprenda el futuro.
Se pone de relieve sobre todo (es lo más elocuente) la trayectoria del Presidente desde la “no crisis” a la “crisis de amplio espectro internacional” en la que estamos sumergidos. En medio de estas dos ideas media un mar de dichos y rectificaciones que corroboran el talente “mentiroso” (según el autor) del presidente del Gobierno español. Es esa gestión de la crisis económica, su negación y su posterior aceptación a regañadientes lo que más ha molestado a los españoles.
Están también los desmentidos en el tema de los nacionalismos. Sus compromisos a ciegas con catalanes y vascos, sus necesarias rectificaciones y su falta de escarmiento en el tema dan una medida de la laxitud de las palabras de ZP. Todo esto sin perder el hilo de las negociaciones negadas con ETA y que tuvieron como terrible final el atentado contra la T4 del Aeropuerto de Barajas.
El libro hace un amplio repaso por la galería de rectificaciones del Presidente que bien mirado, parece ser un perfecto sabio porque rectifica mucho pero no es menos cierto que es mejor medir bien lo que se dice porque como reza en viejo proverbio bíblico: “En las muchas palabras no falta pecado: Mas el que refrena sus labios es prudente”. No vale en política el dicho popular “el que tiene boca se equivoca”, en política lo que vale es la prudencia en su más amplio sentido.
Completa este interesante libro un anexo que incluye entre otros materiales un estudio grafológico basado en una carta de 2007 enviada por el Presidente del Gobierno al poeta Antonio Gamoneda y realizado por la psicóloga y tutora de los cursos de Pericia Caligráfica de la UAB, Begoña Slocker. El informe no tiene desperdicio tampoco y es muy revelador de la personalidad de Zapatero.
Este es un libro que todos debemos leer para que cada uno saque sus conclusiones y pueda entrar en el debate con conocimiento de causa, con el material necesario para comprender la personalidad del responsable último de los destinos de nuestro país. “Donde dije digo, digo Diego” no parece una buena filosofía para gobernar y esto queda puesto de manifiesto en las páginas de este interesante libro. Para amantes y detractores del presidente, este montón de palabras que no se llevará el viento: se quedarán en las hemerotecas para aquellos españoles que quieran contrastar lo que le dicen los políticos con lo que hacen.

23 septiembre, 2010

Contra el viento (Reseña)

La prosa siempre fluida y envolvente de Ángeles Caso (Gijón, 1959) nos ofrece en “Contra el viento” (Planeta, 2009), la historia de una mujer valiente, capaz de levantarse una y otra vez de la adversidad a pesar de que las cartas que le ha dado la vida no son muy buenas.
Sao en una joven de Cabo Verde cuya historia se despliega ante nosotros desde su madre y abuela para darnos un cuadro completo de cuáles eran las circunstancias de la llegada al mundo de esta mujer. La vida no fue fácil para su madre Carlina que se quedó embarazada de ella contra su voluntad. Pero esas adversidades parecen configurar la voluntad férrea de sao que no se rendirá ante la vida tan dura que la tocará vivir.
Decide estudiar con ahínco y la confianza de su maestra doña Natercia en ella le hace sobresalir, la hace soñar con la posibilidad de ir a Europa a buscarse la vida y cumplir sus sueños. Pero las circunstancias vuelven a cerrarle la puerta pero ella no se desanima. Entonces comienza a trabajar para doña Benvinda que le ofrece una oportunidad prestándole el dinero para que se vaya a Europa a buscar sus sueños. En pocos meses arregla todo y se marcha a Portugal.
Allí tampoco le sonríe la vida y pronto se enfrentará al racismo y las deudas de su madre y las contraídas con Jovita hacen que su economía se vaya resintiendo. Intentan a abusar de ella, la insultan. Su perspectiva inocente de la vida da un vuelco amargo cuando la realidad la confronta con sus crueldades.

Conoce a un hombre, Bigador, del cual se enamora y con el cual tiene un hijo. Pero el buen hombre cambia para convertirse en un tipo amargado y violento. De aquí en adelante no podemos seguir contando pero podemos adelantarles que la protagonista de esta historia, superará también la prueba más dura. No dejen de seguirla hasta el final.
Historia de amistad entre mujeres, de heroísmos domésticos tantas veces anónimos, contra el viento, nos regala una historia conmovedora que nos recuerda “Una vida menos ordinaria” (Ediciones Escalera, 2009) que ya reseñamos aquí y les volvemos a recomendar. Por que las historias de superación de mujeres del tercer mundo están hechas de los mismos ingredientes: familias rotas, abusos, falta de recursos y de medios para estudiar, y el apoyo muchas veces cuando menos uno lo espera.
Técnicamente diremos que la primera parte que describe a la mujer española con la cual después trabajará Sao da para otra novela y en algún momento se puede antojar que sobra en el relato de la vida de esta mujer caboverdiana que por sí solo hace que desaparezca de nuestra memoria la otra mujer. Bien trabada, muy bien ambientada, a esta mujer española Ángeles Caso debe rescatarla para otra historia porque la de ella no es menos intensa que la de Sao.
En Sao, tenemos un ejemplo más de superación a pesar de la adversidad, de juego constante con las cartas que nos han tocado. y es que a pesar de ser malas podemos remediarlo, podemos seguir jugando. Al final esta mujer de armas tomar no sólo es ejemplo para la española sino para todos, sobre todo en estos momentos en los que es muy fácil culpar a los demás de lo que nos pasa y quedarnos de brazos cruzados rumiando nuestra tristeza.